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¿Qué es la normativa F-GAS?

Normativa F-GAS

Los tiempos están cambiando, y más aún en materia de legislación medioambiental, donde la Normativa F-GAS juega un papel crucial. Llega un tiempo de transición que va mucho más allá de las palabras y de las promesas bienintencionadas.

Es el momento de tomar decisiones clave que contribuyan, de manera firme y cuantificable, a avanzar hacia un medio ambiente más sostenible. En TECNA estamos convencidos de que es el único camino y vivimos nuestro compromiso como un desafío tan ambicioso como estimulante

Adaptarse es urgente. Un compromiso ético, medioambiental, pero también una exigencia legal para aquellos fabricantes que trabajan con equipos de climatización. Recordemos que la Normativa F-GAS es una regulación europea diseñada para reducir el impacto ambiental de los gases fluorados (F-Gases) que se usan en sistemas de refrigeración, climatización y bombas de calor. Estos gases tienen un elevado potencial de calentamiento global (GWP, por sus siglas en inglés: Global Warming Potential). 

La normativa promueve la transición hacia alternativas más sostenibles, limita las emisiones mediante cuotas y obliga al mantenimiento y control de fugas en equipos. Además, fomenta la formación técnica y la certificación profesional para garantizar el cumplimiento. 

Esta legislación es clave en la estrategia de descarbonización de la UE y fundamental para alcanzar los objetivos climáticos y avanzar hacia un modelo económico más sostenible.

Normativa F-GAS: impulsando la sostenibilidad y la descarbonización

Un mundo más limpio y sostenible es posible. Pero para ello hay que ponerse manos a la obra y tomar un papel activo. Es el compromiso de TECNA y otras compañías dispuestas a reducir la huella de carbono y contribuir a que, como se hizo con la reducción del agujero de la capa de ozono, las decisiones tomadas en la dirección adecuada se traduzcan en beneficios significativos para el medio ambiente y, por tanto, para la salud y el bienestar de las personas.

Así, muchos de los sistemas actuales para calefactar o refrigerar espacios van a ser —o están siendo— reemplazados por sistemas «limpios», es decir, sin emisiones directas de CO2 procedentes de la combustión de hidrocarburos cuya fuente principal sea la eléctrica.

Esto es lo que conocemos como «descarbonización» y el horizonte es que todo el continente europeo sea neutro en emisiones de CO2 en 2050.

¿Y qué medidas propone la Normativa F-GAS para reforzar la sostenibilidad en la fabricación y mantenimiento de equipos de climatización? ¿Cuál es su propuesta para avanzar hacia una progresiva descarbonización de esta industria? Veamos cinco puntos clave:  

  • Reducción progresiva de gases fluorados. Limita la cantidad de fluorocarbonados disponibles en el mercado mediante un sistema de cuotas. Inicialmente, la propuesta reducía su uso en un 79% para 2030 en comparación con los niveles de 2015. Pero el Reglamento 573 endurece la reducción, llevándola del anterior límite de GWP 500 a 150, aplicable a familias de productos a partir del 2027
  • Fomento de refrigerantes sostenibles. Promueve el uso de alternativas de bajo potencial de calentamiento global (GWP), como CO2, amoníaco o hidrocarburos, que tienen menor impacto ambiental.
  • Control de fugas y mantenimiento. Obliga a realizar inspecciones regulares y a instalar sistemas de detección de fugas en equipos que utilizan gases fluorados, evitando emisiones innecesarias.
  • Reutilización y reciclaje de gases. Impulsa la recuperación, reciclaje y regeneración de gases fluorados o fluorocarbonados durante el mantenimiento o desmantelamiento de equipos. Con esto, se minimiza la liberación al medio ambiente.
  • Formación y certificación profesional. Requiere que los técnicos cuenten con la correspondiente certificación para garantizar el correcto manejo de equipos, fomentando prácticas responsables y sostenibles en la industria.

La transición hacia tecnologías con bajo impacto ambiental ha llegado. El momento es ahora y en TECNA apostamos por subirnos a ese tren sostenible desde ya.

La Normativa F-GAS y sus plazos clave

La existencia de deadlines hace que el compromiso con dicha transición ecológica sea más efectivo. Además, el calendario es exigente y progresivo, e incluye a todas las partes implicadas en el sector, desde fabricantes, a ingenierías, instaladores, etc. 

Repasemos los principales hitos temporales al respecto: 

  • 2015. Entrada en vigor de la normativa revisada (Reglamento UE 517/2014) que sustituye al Reglamento anterior (842/2006). Establece objetivos de reducción para los gases fluorados y medidas de control.
  • 2018. Comienza la primera gran reducción en la cuota de hidrofluorocarbonos (HFCs) disponibles en el mercado, con una disminución del 37% respecto a los niveles de referencia de 2015.
  • 2021. Se implementa una nueva reducción en la cuota de HFCs (hidrofluorocarbonos) disponibles, alcanzando una disminución del 55%.
  • Prohibición de ciertos equipos de refrigeración y aire acondicionado con altos valores de GWP.
  • 2024. Prohibición de la comercialización de sistemas de refrigeración centralizados para supermercados que utilicen gases con un GWP superior a 150, salvo que estén diseñados para funcionar con refrigerantes secundarios.
  • 2030. Fecha objetivo para reducir en un 79% el uso de HFCs disponibles en comparación con los niveles de 2015, promoviendo la adopción de alternativas sostenibles.

Además, 2027 se convierte en otro horizonte temporal a tener muy en cuenta, ya que el mix de refrigerantes producidos por un determinado fabricante no podrá superar un GWP de 150. En la práctica, esto supone que habrá que limitar mucho la producción de refrigerantes con GWP alto, primando la producción de refrigerantes con GWP bajo.

Esta hoja de ruta forma parte de un camino hacia la sostenibilidad que se remonta a 1990, año la puestas en marcha del Protocolo de Montreal, considerado uno de los mayores éxitos en la cooperación ambiental global que nació con el objetivo de proteger la capa de ozono, al regular la producción y el consumo de sustancias que la dañan, como los clorofluorocarbonos (CFCs) y los halones.

A mediados de los noventa, le llegó el turno al Protocolo de Kioto, que completaba las medidas impulsadas en Montreal sin variar el objetivo de mitigar la destrucción de la capa de ozono. Por su parte, la Normativa F-GAS, cuyos primeras actuaciones datan de 2006, se centra en luchar contra el efecto invernadero.

¿Cómo afecta la Normativa F-GAS a las tecnologías actuales de climatización y producción de ACS?

La Normativa F-GAS afecta profundamente a las tecnologías actuales de climatización y producción de agua caliente sanitaria (ACS), ya que establece estrictos límites sobre el uso de gases refrigerantes con alto potencial de calentamiento global (GWP). Esta normativa impulsa una transición hacia tecnologías más sostenibles al promover el uso de refrigerantes de bajo GWP, como el CO2, amoníaco o hidrocarburos en lugar de los tradicionales HFCs.

En climatización, obliga a los sistemas de refrigeración y aire acondicionado a adoptar tecnologías que utilicen refrigerantes más ecológicos. Las nuevas unidades deben cumplir con los estándares de eficiencia energética y bajas emisiones, lo que puede requerir una actualización de equipos existentes o una inversión en nuevos sistemas que integren refrigerantes alternativos. Esto también afecta al diseño de sistemas de control y al mantenimiento, ya que se requieren protocolos específicos para manipular estos nuevos gases.

En producción de ACS, la normativa impulsa el desarrollo de soluciones más eficientes, como las bombas de calor que utilizan refrigerantes de bajo GWP. Además, las instalaciones de climatización y ACS deben ser inspeccionadas con mayor frecuencia para detectar fugas y garantizar que las emisiones sean mínimas, lo que implica una mayor inversión en mantenimiento preventivo y en formación especializada para técnicos.

En resumen, la Normativa F-GAS acelera la evolución hacia soluciones más eficientes y menos contaminantes en estos sectores.

¿Cómo TECNA aplica la Normativa F-GAS con soluciones sostenibles para el futuro?

Lo que puede verse como una debilidad es una fortaleza para TECNA, puesto que todo conduce a que las instalaciones opten por usar de forma mayoritaria el agua como fluido caloportador, dejando el refrigerante contenido en la unidad productora.

Así, la bomba de calor compacta va a ser —y ya está siendo—, la tecnología de uso preferente en aplicaciones tanto de calentamiento como de enfriamiento. A partir del equipo productor, el transporte de energía es misión del agua, lo que supone sistemas totalmente limpios e inocuos, algo en lo que TECNA es líder y referencia en el sector.

Sin duda, los equipos compactos, en los que el instalador no interviene en la parte frigorífica, serán los de implantación más generalizada. Esto es aplicable tanto para sistemas destinados a climatización, como los destinados a producción de agua caliente sanitaria (ACS).

Los refrigerantes naturales: clave para cumplir con la Normativa F-GAS

Los refrigerantes naturales, como el CO2, el amoníaco y los hidrocarburos (propano, butano), son clave para cumplir con la Normativa F-GAS porque tienen un bajo potencial de calentamiento global (GWP) en comparación con los HFCs, cuyo uso está siendo progresivamente limitado por esta normativa. 

Los refrigerantes naturales no afectan la capa de ozono y son más sostenibles, lo que facilita el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, estos refrigerantes contribuyen a mejorar la eficiencia energética de los sistemas de refrigeración y climatización, ofreciendo una alternativa ecológica y económica en el sector.

  • Comparativa entre refrigerantes sintéticos y naturales según la Normativa F-GAS

Recordemos que los refrigerantes sintéticos son compuestos químicos creados artificialmente (como los HFCs), con un alto potencial de calentamiento global (GWP), aunque eficientes. Los refrigerantes naturales, como el CO2, amoníaco y hidrocarburos, tienen bajo GWP, son más ecológicos y no dañan la capa de ozono, pero requieren ajustes tecnológicos específicos.

Así, los refrigerantes sintéticos (como los HFCs o hidrofluorocarbonos) son ampliamente utilizados, pero tienen un alto potencial de calentamiento global (GWP). La normativa establece reducciones progresivas en su producción y consumo debido a su contribución al cambio climático. Aunque son eficaces, su impacto ambiental a largo plazo es preocupante.

Por su parte, los refrigerantes naturales (como el CO2, amoníaco, y hidrocarburos) tienen un bajo GWP y no dañan la capa de ozono. Estos refrigerantes son más ecológicos y sostenibles. Aunque pueden requerir una mayor inversión inicial en ciertos equipos, su eficiencia energética y menor impacto ambiental a largo plazo los convierten en la opción preferida para cumplir con los objetivos de la normativa.

Impacto de la Normativa F-GAS en la climatización residencial, terciaria e industrial

Esta legislación cada vez más presente en todas las instalaciones de climatización ofrece un impacto diferente según cada ámbito de actuación. Veamos cómo influye en cada caso: 

  • Climatización residencial. Los sistemas de aire acondicionado y calefacción residencial deben adaptarse para usar refrigerantes con bajo GWP, como CO2 o hidrocarburos. Esto puede requerir la modernización de equipos, pero también favorece el uso de bombas de calor para el hogar y sistemas de energía renovable. La normativa también fomenta la eficiencia energética, lo que reduce los costos operativos a largo plazo.
  • Climatización terciaria. En oficinas, comercios y edificios públicos, los sistemas de climatización, que a menudo implican grandes instalaciones de aire acondicionado, deben sustituir refrigerantes como los HFCs por alternativas más sostenibles. Esto también implica cumplir con normativas de mantenimiento preventivo y control de fugas, lo que genera una mayor demanda de personal especializado.
  • Climatización industrial. En la industria, los sistemas de refrigeración de procesos y almacenes deben adaptarse a nuevas normativas. La industria alimentaria y otras de alta demanda energética se ven obligadas a incorporar tecnologías más eficientes y sostenibles, favoreciendo la adopción de refrigerantes naturales como el amoníaco.

En conjunto, la normativa F-GAS impulsa la transición hacia sistemas más eficientes y respetuosos con el medio ambiente, lo que requiere inversiones iniciales pero beneficia la sostenibilidad a largo plazo.

La normativa F-GAS como un desafío y oportunidad para la industria de climatización

La Normativa F-GAS representa tanto un desafío como una oportunidad para la industria de climatización. El desafío radica en la necesidad de adaptar los sistemas a refrigerantes con bajo GWP, como el CO2 y los hidrocarburos, lo que implica la renovación de equipos y capacitación técnica. 

Sin embargo, también es una oportunidad para innovar en soluciones más sostenibles y eficientes, como las bombas de calor y tecnologías de energía renovable. A largo plazo, la normativa fomenta una mayor eficiencia energética y reduce el impacto ambiental, posicionando a la industria como líder en sostenibilidad.
En TECNA, queremos ser tu contacto hacia un futuro más sostenible y la locomotora de esta transición haciendo lo que mejor sabemos hacer: crear máquinas cada vez más eficientes que contribuyen al bienestar de las personas y reducen el impacto medioambiental.

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